domingo, 21 de junio de 2015

Una de libros



 

«El tiempo acaba siempre borrando las heridas. El tiempo es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos. Pero hay hogueras que arden bajo la tierra, grietas de la memoria tan secas y profundas que ni siquiera el diluvio de la muerte bastaría tal vez para borrarlas. Uno trata de acostumbrarse a convivir con ellas, amontona silencios y óxido encima del recuerdo y, cuando cree que ya todo lo ha olvidado, basta una simple carta, una fotografía, para que salte en mil pedazos la lámina del hielo del olvido.»
La Lluvia amarilla
Julio Llamazares
 
 

 
 
Esta semana en Una de libros... os traemos una recomendación de la mano de Patricia. Estudiante de último curso del grado de Derecho en la UCLM y fiel usuaria de nuestra Biblioteca desde el día que entró a formar parte de la Universidad.  
 
 
Andrés último habitante de Ainielle, pueblo abandonado del Pirineo aragonés, rememora cómo con el transcurrir del tiempo y sin apenas darse cuenta, sus vecinos y amigos han ido emigrando a la ciudad en busca de promesas o se han ido muriendo. Protegido entre las ruinas, su anciana mente extraviada por la larga soledad sufrida, imagina las sensaciones de quien pronto lo encontrará a él bajo el húmedo musgo que ha invadido las piedras, su historia y su recuerdo


La novela es una narración poética extraordinaria que nos hace reflexionar en torno a la soledad, al transcurrir del tiempo, los valores, la cordura y la muerte. Julio Llamazares nació en 1955 en un pequeño pueblo desaparecido de las montañas de León llamado Vegamián. Con esta novela  Julio Llamazares parece rendir un homenaje y tributo a esos pequeños pueblos y aldeas desaparecidos que sufren la tragedia de la obligada marcha de sus moradores a la gran ciudad.  


Novela excelente, que le deja a uno rumiando sobre la quebradiza persistencia de todo lo que nos rodea, de esos objetos que nos definieron y que existirán huérfanos cuando ya no estemos en este mundo. Sin testimonios que confirmen nuestro paso por la vida, no hay recuerdo; sin remembranza, la vida podría ser una ensoñación.
 
Una excelente lectura para estas merecidas vacaciones estivales que están a punto de comenzar.

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